Plan estratégico en diez actos  

Posted by PRODUCCION SOCIAL DEL HABITAT in

Acto primero
En algún lado de la ciudad se está tramando un plan

-Un político de alto nivel fue contactado, presionado, asediado, extorsionado, y finalmente, tentado, por los que pagan.

-Los que pagan, tienen proyectos y muchos amigos – aliados. Son famosos, exitosos, y reciben premios, y aparecen en revistas, y en la televisión. Todo propiedad de ellos…. Ellos pagan.

-Las agencias de financiamiento y ayuda internacional, refriegan sus manos, y ajustan sus indicadores de elegibilidad. Otro más.

-“Sus “ comunicadores preparan el show.

-“Su político”, presenta “su” plan de “modernización” y mejoramiento urbano que la ciudad, y que algunos ciudadanos, merecen.

-Sus empleados – profesionales, explican la conveniencia técnica - social en las revistas, diarios y televisión.

-Algunos ciudadanos les creen y les quieren creer.

-Y los que pagan, aplauden en sus cuevas.


Acto segundo
Mujeres “buenas” que “asisten”, te “cuidan”, te “educan”, dicen que son “asistentes sociales”, profesionales de la ayuda. ¿Ayuda a quién?
Ellas, y a veces, ellos vienen y te visitan. Crees en ellos, les abrís tu maltrecho corazón a tus miserias más dolorosas, más vergonzosas, que tal vez, sólo lo hablaste con vos mismo.
Ellos, profesionales, recopilan, sistematizan, analizan, disecan y transmiten a quien les paga para su tarea. Un mapa “de actores y redes sociales”, le dicen.

Acto tercero
Los que les pagan analizan la información de tus entrañas. Analizan tus dolores y debilidades, antes reservadas a tu miseria, a tu dolorida humanidad.
Ellos y profesionales de organismos gubernamentales, y los que pagan. ¿Quiénes son los que pagan?....
Realizan un “plan estratégico de acción para el mejoramiento barrial”, para restaurar el paisaje urbano, para la sustentabilidad ambiental, para resguardarte de riesgos de inundación, para preservar patrimonio histórico, ambiental, para mejorar la seguridad, para recuperar el centro, estas y otras cosas más dicen……… Por si no entendiste, para “enseñarte” que ahí, en ese pedazo de tierra urbana, ya no podes vivir más.

Acto cuarto
Ahora las “asistentes sociales”, vuelven a visitarte, pero están muy preocupadas por vos. Te oyeron todo lo que le dijiste y “descubrieron” que: sos pobre, peor aún, que sos indigente u otra calificación que no entendiste “inviable”. Que tus hijos están desnutridos, que la vivienda es de “precariedad irrecuperable”, que están expuestos a riesgos de violencia, de inundación y de derrumbe.

Tu corazón empieza a latir fuerte, ¿será posible?, por fin, alguien me vio, me escucho, y entiende lo que estoy viviendo. De pronto la quieres tanto, tanto que te hace acordar al cuidado que alguna vez, tu madre, te dio cuando estabas mal.
La profesional, evalúa tu debilidad y tus ganas de creer que todo puede cambiar, y te cuenta dulcemente el nuevo plan, un nuevo sueño, si, le llamaron la “ciudad de mis sueños”.
Todo vas a tener. Casa nueva, barrio nuevo, como la gente civilizada.
Solo firma acá y tu sueño se cumplirá.

Acto quinto
Fuiste una de las que no firmaste, lo querías pensar, tenías tanto miedo que no se fuera a cumplir.
Ahora te visita, tu amiga la asistente, pero viene con otro señor, dicen que es abogado del gobierno.
La cara de tu amiga, cambió. Pareciera que ya no te conoce. Dice que no la entendiste y que no “cumpliste” con lo que te enseñó. Ella y el abogado vienen, ahora, a advertirte.
Te dijeron que todo lo que les contaste les sirvió para evaluar tu caso y resultaste culpable de toda pobreza. Culpable de tener tus hijos en esa situación.
Te explican queell gobierno no puede seguir “indiferente” a tu situación .
-“Ya no vamos a ser más pacientes, ya no le vamos a explicar más, es la última oportunidad que tiene para ser “beneficiaria” del proyecto”.
Firme aquí o ya verá.

Acto sexto
No te gustó como habían cambiado las cosas, no les creíste y no les tuviste miedo.
Sos una de las pocas que queda sin firmar. Las otras familias que firmaron, te miran como enemiga. Les dijeron que si no firmaban todos, el plan no se va a hacer.
Ya te vinieron a hablar.
–“Vos que sos la que más lucho por el barrio, justo ahora nos vas a traicionar, tené cuidado porque nosotros no vamos a perder la oportunidad”, te amenazó el que siempre fue tu amigo.

Hoy, ya no vinieron, sólo te llegó un papel oficial de la justicia, dicen que te cita una jueza de menores, quieren saber cómo viven tus hijos.

Acto séptimo
Seguís sin firmar.
Hoy, a tu puerta volvieron la asistente, el abogado del gobierno y tu amigo, que ahora apoyaba totalmente el cambio al nuevo sueño.
Venían con buena cara y con una sonrisa que te dio la esperanza de que hubieran encontrado una solución.
-“Hemos hablado tu caso, y el gobierno, ha decidido darte un beneficio especial, sólo para vos, y sólo para este momento. El gobierno te va a ayudar, porque piensa en los niños, y te va a dar trescientos pesos”.
-“Es tu última oportunidad, el lunes se demuele todo”.
Sólo firma.

Acto octavo
Ya quedaban cincuenta de los trescientos que no habían firmado y no querían trasladarse al nuevo barrio.

Todavía no había amanecido y se comenzó a sentir estruendos, creíste que había un terremoto.
Saliste de tu casa y no pudiste creer, policías a caballo, a pie, perros, carros de infantería, camiones, topadoras, todos coordinados bajo la mirada de los profesionales que te lo habían advertido, volteaban todo lo que estaba a su paso.

Si, también iban por tu casa, decían que no sabían quién había firmado y quién no.
Pusiste tu cuerpo, la topadora no iba a avanzar. Amarrada a tu casa, como un barquillo en una tempestad, pasaste todo el día. Gritos, llantos, dolores, olores, no te aflojaron las manos.

Solo quedaron veinte porfiados que parecían que tenían sus pies clavados en los cimientos.
Se contaron como sobrevivientes a la guerra. Se miraron a los ojos, lloraron juntos.

Escombros y quebrantos.

-“Sus comunicadores” todo el día celebraban que se había “limpiado”, que la ciudad y la sociedad civilizada había “recuperado” un espacio urbano. Que un grupo de delincuentes, seguía parapetado en los escombros, pero que las fuerzas de “seguridad”, los reducirían.

Como ciudad sitiada, cortaron el agua y la electricidad. No podías salir de tu casa, afuera las topadoras esperaban.

La suerte estaba jugada. Nadie se iría


Acto noveno

Paso una semana, dos, y se tuvieron que ir. Los que sitiaban.

Tu corazón empezó a creer que los dejarían, en su pobreza, pero en paz.

Así dormías esa noche cuando puertas y ventanas se quebraron.


Un grupo comando, no identificado, se llevó tus hijos. Te arrancaron de tus pechos al bebé.
Todos eran delincuentes.

Te peleaste con tu esposo. Siempre te advirtió que debías ir a cumplir con el sueño de los poderosos. Se fue.

Te quedaste sola, te vaciaron de vida y de sentido.


Acto décimo
Al amanecer, todavía aturdida, te esperan “los profesionales”.
-“Te vamos a ayudar, nuevamente”.
Te dijeron que en la nueva casa podrías tener tus hijos, es “apropiada”, la jueza, tal vez, lo aceptará.
El camión para que cargues lo que quedaban de tus cosas, estaba listo. Fue largo el camino, llegaste a la casa, a la otra ciudad, a la ciudad de los sueños.

Esa noche entre sueños, pesadillas y dolor, te fuiste, te quebraste, dejaste de ser.

-Murió una mujer “Chicha”, de causa desconocida, decían sus “comunicadores”.

-Los profesionales evaluaron el caso,

-El político cumplió con lo comprometido, recibió su parte.

-La sociedad civilizada aprueba el “progreso” y la “modernidad”

-Los que pagan, en sus cuevas, aplaudieron el fin de la obra de “sus” actores.
Ya están armando la nueva trama, tienen que desarrollar nuevos actos.

Mariana Enet. 2 de Enero de 2009.

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Arquitecta Magister en Desarrollo Urbano Especialista en Hábitat Popular Investigador y consultor en temas de Hábitat Contacto: marianaenet@gmail.com